Proceso y realidad

 

Lucio Nontol, TOR

Seton Hall University

nontollu@shu.edu

 

 

Alfred N. Whitehead en su libro Process and Reality nos presenta una serie de preocupaciones que no dejan de ser actuales: la realidad como proceso, el sentimiento y satisfacción en el devenir de la naturaleza, el lenguaje, la materia, el espacio y el tiempo, la conciencia, la creatividad, Dios. Podrían añadirse otras muchas preocupaciones acuciantes hoy en día, sin embargo, Whitehead nos señala que cada época «crea su realidad». Platón sostenía que lo real es la Ousía, la idea. Tomás de Aquino afirmaba la prioridad de la objetividad sobre la subjetividad o lo que suele denominarse realismo filosófico. Kant defendía la idea de «Crítica» o el proceso por el que la razón emprende el conocimiento de sí misma. Toda crítica implica, al mismo tiempo, una limitación de la razón y un empleo de la razón desde su limitación. Ahora el ser humano se encuentra aislado en sí mismo. ¿Cómo recuperar la realidad? La ilustración sofista renunció a este cometido. Sócrates sabía que no sabía. Y así, un sinnúmero de propuestas que nos llevan a pensar que cada periodo de la historia construye la realidad como mejor sabe. No siempre como mejor puede. Si esto es de este modo, entonces:

 

«¿cabe confiar en la realidad, o se trata, como mínimo, de una broma de mal gusto? El inventario de respuestas a lo largo de la historia es variable. Hoy tendemos a pensar que la pregunta no tiene mucho sentido, toda vez que el sentido es un invento de los hombres. Hoy nos tenemos en pie desde una cierta prioridad de la praxis sobre la teoría. Conocer no es un acto pasivo, sino el producto de una interacción con la realidad»[1].

 

El ser humano ha hecho siempre grandes reflexiones y, más en concreto, ejercicios de equilibrio y terapia. En la antigüedad se recurría al mito, más adelante se acudía a la razón como función «salvífica/terapéutica»; lo importante era encontrar algo en que sostenerse, apoyarse o algo que diera sentido a la vida. Los creyentes nos apoyamos en la fe, otros lo hacen en la virtud o en la excelencia. Vemos que las respuestas evolucionan y cambian con el tiempo, sin embargo, la búsqueda de una realidad o alguna experiencia que garantice la «bondad» de las cosas permanece. Incluso en el ámbito privado, tendemos a ubicar nuestros puntos de apoyo. Es imprescindible para el ser humano, sin embargo, no siempre se comprende en primera instancia. Se requiere un proceso para adaptarse a la realidad y, en ella, indagar en puntos de apoyo que lleven a un estilo de vida renovado. Proceso y realidad es una de las claves que el ser humano necesita para encontrar referencias existenciales.

Conscientes de esta constatación, el comité editorial de la Revista Hispanoamericana TOR ha decidido, en este primer número del año 2024 reflexionar sobre la búsqueda de puntos de apoyo de la humanidad en las distintas épocas de la historia, principalmente en la Edad Media en la Edad Contemporánea. Fr. Manuel Romero (TOR, Ministro Provincial), presenta un artículo titulado «Las llagas de San Francisco, ¿cómo y para qué?»; el autor se aproxima a la posibilidad de comprender ese acontecimiento como experiencia mística cristiana. La Dra. Dominique de Courcelles, en su artículo «Luz, arte, presencia divina: santas luminosas en algunas pinturas del final de la Edad Media del Museo episcopal de Vic, Cataluña» reflexiona sobre la evolución de la teología y espiritualidad medieval. La Dra. María del Mar Graña en su trabajo titulado «Bajo la advocación de Ángela de Foligno. Las terciarias franciscanas de fray Lope de Salinas: reforma y profetismo (c. 1445-1460)», nos ofrece un exclente análisis histórico, teológico y espiritual de un fraile franciscano conventual. Por otra parte, el Dr. Joan Andreu, en su artículo denominado «Sigmund Freud: la crítica del sujeto moderno y el descubrimiento de su carácter simbólico», elabora una reflexión filosófica que tiene como objetivo reformular la noción del Yo, es decir, el autor tiene como base de su propuesta la psicología, Freud reformuló la noción moderna del Yo al considerarla como la manifestación emergente de una instancia inconsciente fundamental. Para finalizar, nuestro agradecimiento especial a cada uno de los autores que han contribuido con sus investigaciones. Gracias por vuestra generosidad y vuestro tiempo.



[1] Citado en: p. S. PÁNIKER, Filosofía y mística. Una lectura de los griegos, Barcelona, Editorial Kairós, 2003, p. 226.